Un minuto y medio
16 agosto, 2006
 
"Yo creo bastante en la suerte. Y he constatado que, cuanto más duro trabajo, más suerte tengo."
Thomas Jefferson.-

ARCÁNGEL

Desde mi primera semana en el canal, él estuvo ahí. Al principio le tenía algo de miedo, debo admitirlo; pero después se convirtió en la persona que más admiro de todo el lugar. Él es "el jefe". Siempre sabe todo lo que está sucediendo. Tiene la "mala" manía de anticiparse a los acontecimientos, de dar órdenes sin muchas explicaciones y de decir pocas veces "por favor" y "gracias" a los pasantes.

Recuerdo incluso la primera vez que le escuché decir: "por favor, Acuario..." y "gracias Acuario...", fue una sensación un tanto extraña. Sentí por un momento que me había convertido en más que un "simple" pasante de la sala de redacción. Pocos días después de aquel "por favor", me mandaron a llamar del departamento de Recursos Humanos para ofrecerme un contrato.

Su nombre es "Arcángel". Tiene 4 televisores en su oficina sin puertas, en donde siempre está monitoreando las noticias de 4 canales distintos, siempre escribiendo o hablando por teléfono. Jamás lo he visto he visto tomarse una pausa para almorzar, suele comer en medio de conversaciones con los periodistas mientras resuelve situaciones y coordina a motorizados, pasantes, camarógrafos, productores y demás personal. Él es el que "resuelve" cuando nadie sabe qué hacer.

Al principio creía que era una persona demasiado seria. Fue mi primera impresión hasta que un día lo escuché cantando una canción infantil en voz alta cuando todos estábamos ocupados. Sonaba tan desafinado que rompimos a carcajadas tras escucharlo reírse de su propia gracia. La primera vez que cometí un error (del cual hablaré otro día), él me llamó la atención gritándome algo como: "PEAZO E MAMARRACHO ESTO NO SE HACE ASÍ" mientras sonreía al final de la observación. Supe que no estaba enojado porque cuando está molesto adopta un tono mucho más grave del que usó conmigo. En una ocasión el asistente de producción perdió su teléfono celular en la planta y, preocupado por ello, le pidió ayuda a Arcángel. Arcángel habló con los funcionarios de seguridad y al poco tiempo apareció el teléfono; desde ese día Arcángel cada vez que ve al asistente de producción se pone a cantar un merengue que dice: "por culpa del celular, perdí el amor de María...", el asistente suele sonrojarse y sonreír cuando lo esucha. Y todos los presentes también.

Él suele ser el primero en llegar a la sala de redacción en las mañanas, cuando incluso el sol no ha salido; aunque siempre regresa a su casa antes de las cinco de la tarde. Es delgado, se viste bien, usa lentes y nunca se despeina.

Me cuesta imaginar la sala de redacción sin Arcángel. Pero pronto no necesitaré imaginarla.

Arcángel se va del canal.


Es un hombre que aún parece vivir la década de los 20, pero que tiene casi 40 años. Le ofrecieron un cargo como ejecutivo de una cadena importante de noticias en los Estados Unidos de Norteamérica, y él aceptó la oferta.

Le quedan menos de 15 días en el canal. Él fue quien me dio mi primera oportunidad de salir al aire en las noticias, quien me impulsó a perder el miedo al micrófono y quien mejor me hizo darme cuenta de mis errores en mis primeros días de trabajo.

Lo he oído decir que se acuesta viendo noticias, que se levanta soñando con las noticias, que duerme menos de 6 horas diarias y siempre está planificando algo para la próxima edición que saldrá al aire. Y ahora, se va a un mejor cargo, con un mejor sueldo, en el extranjero.

Supongo que algunos "tienen suerte".

Lo voy a extrañar.

Acuario.-
 
15 agosto, 2006
 
"No hay censura que no sea útil. Cuando no me hace conocer mis defectos, me enseña los de mis censores"
Hebbel.-
Telefónica
- Te acabo de grabar una llamada importantísima -me dijo el coordinador de noticias de guardia-, no importa que sea larga, pero que salga todo lo que dice el entrevistado por su propia boca. Ten mucho cuidado que es un asunto delicado.
-¿Pero de qué se trata?
-Es el abogado de "Napoleón Bonarte Censurado". Está denunciando torturas a "Los Rehenes Censurados De La Batalla De Güaterlú".
Con cierto sentido de que estoy a punto de escuchar algo realmente importante me dirjo al módulo en donde se graban a los entrevistados telefónicos. Siento que mi pulso se acelera a medida que voy escuchando la voz pausada que narra con muy pocas inflexiones y con una clara dicción lo que no me atrevo a repetir. En su voz escucho las palabras "militar" y "tortura" funcionando armónicamente en una misma oración. La voz menciona la palabra "testigos", menciona también la palabra "denuncia" y me parece que en algún momento dice también la palabra "justicia".
Después de quitar lo poco que me parece que puedo suprimir, la grabación dura dos minutos. Generalmente las llamadas que salen al aire duran menos de eso, pero en esta ocasión la información es muy fuerte. Esto va a causar revuelo si sale al aire en las noticias de medio día. Cuando estoy a punto de sentarme a escribir la introducción a la voz del abogado que habló por teléfono, se abre la puerta del módulo y entran el gerente de información y el coordinador de noticias de guardia.
-¿Podemos sacar esto al aire?
-Yo lo sacaría -contestó el gerente.
-Acuario, escribe la nota que esto va al aire -me sudan las manos y estoy a punto de sentarme a escribir cuando el gerente me interrumpe.
-Muchacho, espera un momento. Sólo para estar seguros, déjame hacer una llamada primero.
El tiempo parece haberse detenido. Le veo marcar, desde el teléfono del módulo, un número y hablar con respeto mientras baja la voz con el auricular en su oreja. Después de un breve intercambio de palabras, cuelga y me mira.
-¿No hay imágenes en donde este hombre que hace la denuncia aparezca diciendo lo mismo que le grabaron por teléfono?
-No que yo sepa -contesto mientras miro al coordinador.
-No. No las hay. Fue una entrevista telefónica.
-Entonces no podemos sacar esa grabación al aire -dice el gerente- el asunto podría ser todavía más grave de lo que parece.
No sé qué tanto más grave pueda ser. Ya me parecía lo suficientemente fuerte tal como estaba. El gerente habla con el coordinador y le pide que intente hacer la entrevista de nuevo, pero con una cámara de por medio. Esta vez una denuncia telefónica no es suficiente.
No es posible realizar la entrevista con una cámara en las circunstancias de este caso. Una noticia menos que sale al aire. Una denuncia que muy poca gente echará de menos, porque nadie la conocerá. El país no se enterará de algo, y tal vez por eso estamos más seguros quienes laboramos en esto de la información... o tal vez, en realidad es que estamos más inseguros de lo que creía.
Acuario.-
 
14 agosto, 2006
 
"Una vida ociosa es una muerte anticipada"
Goethe.-

Un día libre

Ayer tuve el día libre. Creo que me hacía falta descansar. En esto de las noticias, jamás existe un minuto libre. A cada momento surge información nueva que se hace vieja, muchas veces en menos tiempo del que disponemos para transmitirla.

De hecho, acabo de pasar, no por uno sino por dos días libres: sábado y domingo.

El sábado en la noche, luego de pasar el día entero leyendo un buen libro mientras escuchaba el murmullo de la vieja mecedora de mi casa materna y de comer chocolate a intervalos durante todo el día, dormí toda la noche como sólo descansan las almas que están en paz consigo mismas. Estaba agotado de la semana en la sala de redacción. Sin embargo, ayer domingo la historia fue distinta. Me costó más trabajo volver a conciliar el sueño y en algún momento, un ruido me despertó en medio de una pesadilla.

Había olvidado cómo era antes.

Antes, me costaba mucho conciliar el sueño. Antes, despertaba continuamente tras pesadillas que mi mente se niega a recordar. Antes, por instantes me veía sumido en una suerte de oscuridad que me impedía salir de mis cuatro paredes.

Había olvidado la desesperación.

No le deseo a nadie experimentar la sensación de sentirse atrapado en el exceso de libertad. De no encontrar la más mínima brecha para transitar el campo infinito de las posibilidades. De tener tanto miedo inexplicable y quedar paralizado por ser incapaz de tomar la decisión de tomar una decisión.

Fue la desesperación la que me hizo llegar a donde estoy. Y fue cuando empecé a trabajar que dejé de estar desesperado. Aún me siento preso de un laberinto. Pero por lo menos tengo una brecha qué transitar. Y doy gracias por un día libre... y por la dirección que me brinda el trabajo.

Sin bien podría ser cierto que la dirección del trabajo no es necesariamente la dirección de la vida, creo firmemente que es un medio de hacer algo mientras logro ver la brújula interna que apuntará hacia mi propio norte.

Sin embargo sigo sintiendo que debo seguir buscando antes de caer de nuevo en la "desesperación". Pero por lo menos ahora tengo un nuevo lugar para buscar, y ese lugar es "mi trabajo".

Sólo después del ruido se aprecia el silencio. Sólo después de la inapetencia se aprecia el hambre. Sólo después de la desesperación de la ociosidad, se aprecia el trabajo.

Acuario.- 
Testimonios de un estudiante que intenta ser algo más que un pasante en las noticias de una planta de televisión. Cada noticia debe durar aproximadamente un minuto y medio, casi nunca hay tiempo para más.... [Nota: Todo lo que está escrito en este blog es producto de la imaginación ociosa de su autor, cualquier parecido con la realidad correrá por cuenta de la imaginación del lector]

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