Un minuto y medio
02 septiembre, 2006
 
"La muerte sólo tiene importancia en la medida que nos hace reflexionar sobre el valor de la vida".-
André Malraux

Principiofinalvidamuerte...

Desde que tengo memoria he escrito mis pensamientos. Cuando me gradué de bachillerato mi maestra de primer grado me enseñó un papelito en donde figuraba la rima inocente de un niño de seis años (inventada y escrita por él) que una vez ví en el espejo y que le dedicó aquellas palabras.
- No he botado tu primer poema por si algún día te haces un poeta famoso -me dijo.

No recuerdo si le contesté algo. Pero de seguro que pensé en lo vana de su ilusión.

El punto es: Hoy conseguí un texto que escribí unos dos meses antes de entrar al trabajo. Está en una hoja suelta. Y no quiero que se pierda en la basura. Prefiero que se pierda en la "web".

No tiene título. Pero fue escrito poco después de una experiencia que me hizo pensar mucho. Después de los momentos más tensos que recuerdo haber vivido en mi (ya no tan corta) vida.


(El texto:)
...
"Hoy siento haber llegado al final de una etapa, lo que supone el principio de otra. La vida deja por momentos de ser igual a como antes la habíamos conocido cuando has visto a la muerte saludar a un ser querido.

Estás en una habitación de hospital lujoso, el aire acondicionado es de esos que obligan a llevar siempre puesto un abrigo. Si embargo, tú estás sudando.

Tus brazos tiemblan con un sudor frío mientras sostienes el cuerpo desnudo de un hombre de 65 años. Tu padre. El dolor que carga sobre sí, es muy fuerte; su organismo no soporta bien los analgésicos, y por tanto, no tiene muchas opciones para evitar el sufrimiento.

Las enfermeras te han llamado para que las ayudes. Necesitan la fuerza de un hombre que levante a tu padre para que sufra lo menos posible mientras le cambian la cura. Cada movimiento que él mismo realiza, parece causarle un nuevo dolor.

De modo que ahí estás. Observando el rostro de donde viene el tuyo, convertido en una mueca. Su boca está torcida hacia abajo y las venas de su frente y su cuello están hinchadas. Su cuerpo no pesa casi nada, al alzarlo has notado que tu padre está más delgado de lo que jamás antes te pareció. Y eso es decir mucho.

Y es ahí cuando la ves entrar.

Se asoma por la puerta como una sombra, picándote el ojo con su invisible azadón y provocándote, con ello, inmensas ganas de llorar. No se desliza, no se mueve, simplemente aparece al lado de tu padre, ahora mostrando su forma completa. Su traje oscuro y su capucha de fraile. Y sabes que tu padre la siente a su lado, aunque sólo tú eres capaz de verla.

Es una compañía que no deseas, pero que no puedes evitar.

La muerte.

Ella estira su mano esquelética hacia la cama, hasta el último sitio, en donde tú lo sostienes en tus brazos. No dice nada.

Y es justo en ese instante cuando sientes una luz que la hace retroceder. Una luz que mana de tu propio cuerpo o del dibujo estampado de una Virgen en la mesa de la cama, o tal vez incluso del dolor mismo de tu padre o de la ventana o del suelo o del cielo. Una luz de invisible resplandor que comienza a inundar la habitación por todos lados. Una luz que se respira, que entra a tus pulmones y a los suyos. Y que aleja la sombra de la muerte.

"Aún no es hora", escuchas mientras sientes de nuevo latir tu corazón.

"Aún no es hora".

La sombra se retira, pero sabes que algún día volverá. Y que, probablemente, será bienvenida cuando lo haga.

Acuario.-

PD.- Después de esta experiencia, decidí que necesitaba urgentemente cambiar con mi estilo de vida. Para empezar, necesitaba un trabajo "de verdad". Y al poco tiempo entré en el canal. Sin embargo, aún necesito cambiar más. Poco a poco... supongo. 
31 agosto, 2006
 
"Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro."
Groucho Marx.-


La frase de Groucho Marx

Hoy recibí­ mi carnet como empleado fijo en el canal.

No creí­ que sucederí­a tan pronto. Inicialmente entré pensando que estarí­a 3 meses como pasante (sin sueldo) y que luego podría aspirar a un contrato. El resultado me ha sorprendido a mí mismo: a los 18 dí­as de mi pasantí­a, me ofrecieron un contrato (que por supuesto acepté) y me dijeron que luego de 3 meses de prueba me renovarí­an el contrato o (en su defecto) me dejarían ir a otro lugar (por no decir que me despedirí­an si no servía para el trabajo). Ése es el tiempo normal del período de prueba.

Sin embargo, hace dos semanas me dijeron que me habían dejado como empleado fijo. Hoy me dieron el carnet que me identifica como tal. Tengo acceso al estudio de grabación, a la zona donde están los transportes que me llevarán a las pautas que tenga que cubrir si algún día me mandan a la calle (por ahora sólo trabajo en las salas de redacción y de edición -y he aprendido, más por curiosidad que por necesidad, el oficio de grabación de satélites-, salvo dos veces que he salido "de pauta" y de las que aún no he escrito nada entre estas líneas).

Lo más divertido de esta situación, es que desde hace un par de años que casi nunca veo televisión.

De niño vi mucha televisión. Pero desde que "redescubrí" la magia de la lectura (como a los 17 años), prefiero pasar (al menos la mayoría de las veces) seis horas leyendo un libro que dos horas viendo cualquier cosa en la pantalla pequeña.

Ahora estoy con "El Conde de Montecristo". He gastado la mitad de todo el dinero que he ganado desde que me inicié en este trabajo, comprando algunos de los libros que siempre he querido tener y que nunca había podido comprar.

A veces pienso que los noticiarios de TV tienen dos grandes ventajas y dos grandes desvantajas.

Las dos grandes ventajas son: muestran imágenes mejor de lo que puede hacerlo un texto y lo hacen mucho más rápido debido a la síntesis con que presentan la noticia.

Las dos grandes desventajas son: están condenados a mostrar aquello que en la mente del espectador podría crearse con más claridad a través de un texto y lo hacen de un modo muy superficial debido a la síntesis con que presentan la noticia.

A veces siento que tras ese minuto y medio (que hasta pasa desapercibido en la pantalla chica), en donde un padre llora la pérdida de su hijo en un tiroteo y reclama con voz entrecortada la ineptitud de un gobierno que no ha querido darle seguridad a sus ciudadanos, existe una historia de 200 páginas que vale la pena ser contada. Ése es mi diario dilema. Cómo contar una historia de más de 100 páginas en apenas 90 segundos.

En el fondo supongo es cierto. Sí.

Opino lo mismo que el gran comediante de bigotes con anteojos, el de gracioso cabello desordenado con el eterno puro en la boca que marcó pauta en la comedia del cine norteamericano a blanco y negro. Le debo mucho a la televisión. Gracias a ella he leí­do muchos libros.

Acuario.-

PD.- Sólo tení­a ganas de comentar un poco sobre el tema.

 
Testimonios de un estudiante que intenta ser algo más que un pasante en las noticias de una planta de televisión. Cada noticia debe durar aproximadamente un minuto y medio, casi nunca hay tiempo para más.... [Nota: Todo lo que está escrito en este blog es producto de la imaginación ociosa de su autor, cualquier parecido con la realidad correrá por cuenta de la imaginación del lector]

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