"En este mundo perverso nada es verdad ni mentira. Todo es según el color del cristal con que se mira".
El poeta Campoamor.-
"Si en este mundo perverso nada es verdad ni mentira como dice Campoamor, tampoco es verdad el color del cristal con que se mira".
Anónimo.-
El cristal con que se mira...Recuerdo la primera vez que vi salir de pauta a los periodistas. Llevaba apenas una semana en la sala de redacción cuando un grupo de ellos recién había finalizado la diaria reunión con el jefe de noticias (Arcángel para quienes han leído sobre él). Yo llegaba con mi morral de estudiante mientras ellos caminaban por el pasillo.
Los vi como algo que yo admiraba. Las chicas eran la elegancia personificada, esa mezcla entre deidad y humanidad que se atribuye a las ninfas en las leyendas antiguas; pero con una gran diferencia: el placer de observarlas intuía al placer de escucharlas, sin poder tocarlas más allá de la pantalla de cristal. Los hombres tenían esa expresión de ojos profundos que están resueltos a cuplir con el deber que les asignó la providencia. Todos tenían ese paso firme y lento de quien lleva sobre su existencia una gran responsabilidad. Me pasaron por al lado (yo era el chico nuevo en aquel entonces), no recuerdo si alguno me saludó. Estaba contemplándolos. Las chicas con su cabello al aire y sus labios sensuales, los hombres en su porte gallardo y resoluto.
Supongo que me quedé con cara de bobo, aún sosteniendo mi morral de estudiante, mientras los veía salir por la puerta de la oficina.
Hoy los veo de un modo distinto. Lo peor es que sé que ellos no han cambiado. En ese instante no los conocía igual que hoy. Sin embargo dudo que sean ellos los que cambiaron. Supongo que el que más ha cambiado he sido yo.
Hoy sé que muchos tienen defectos como profesionales, la mayoría "de forma", algunos pocos "de fondo". Hoy los veo como seres humanos que hace su trabajo. Algunos incluso un poco menos especializados de lo que(yo supongo) deberían sobre ciertos temas de cultura general. Aunque otra de las grandes enseñanzas que me ha dejado el medio es que es casi imposible manejar toda la información que se genera a diario e hilarla con acontecimientos del pasado.
Y lo peor es que creo que ésa es, precisamente, nuestra principal tarea.
El presente (que tanto trabajo nos cconsume en la sala de redacción y coordinación de la TV) no debe tener sentido sino se contextualiza con los hechos que lo sucedieron y/o desencadenaron.
Pero ya me voy a callar porque debo estar poniéndome pesado.
De vez en cuando vuelvo a ver a los periodistas como seres majestuosos cual estatuas de intelecto intactas por el tiempo. Pero cada vez son menos. Y sé que ellos siguen siendo quienes son. Son mis ojos los que cambian (al menos estoy casii seguro de ello).
Todo depende del cristal con que se mira... y el cristal a su vez no es verdadero.
Acuario.-