"Una vida ociosa es una muerte anticipada"
Goethe.-
Un día libreAyer tuve el día libre. Creo que me hacía falta descansar. En esto de las noticias, jamás existe un minuto libre. A cada momento surge información nueva que se hace vieja, muchas veces en menos tiempo del que disponemos para transmitirla.
De hecho, acabo de pasar, no por uno sino por dos días libres: sábado y domingo.
El sábado en la noche, luego de pasar el día entero leyendo un buen libro mientras escuchaba el murmullo de la vieja mecedora de mi casa materna y de comer chocolate a intervalos durante todo el día, dormí toda la noche como sólo descansan las almas que están en paz consigo mismas. Estaba agotado de la semana en la sala de redacción. Sin embargo, ayer domingo la historia fue distinta. Me costó más trabajo volver a conciliar el sueño y en algún momento, un ruido me despertó en medio de una pesadilla.
Había olvidado cómo era antes.
Antes, me costaba mucho conciliar el sueño. Antes, despertaba continuamente tras pesadillas que mi mente se niega a recordar. Antes, por instantes me veía sumido en una suerte de oscuridad que me impedía salir de mis cuatro paredes.
Había olvidado la desesperación.
No le deseo a nadie experimentar la sensación de sentirse atrapado en el exceso de libertad. De no encontrar la más mínima brecha para transitar el campo infinito de las posibilidades. De tener tanto miedo inexplicable y quedar paralizado por ser incapaz de tomar la decisión de tomar una decisión.
Fue la desesperación la que me hizo llegar a donde estoy. Y fue cuando empecé a trabajar que dejé de estar desesperado. Aún me siento preso de un laberinto. Pero por lo menos tengo una brecha qué transitar. Y doy gracias por un día libre... y por la dirección que me brinda el trabajo.
Sin bien podría ser cierto que la dirección del trabajo no es necesariamente la dirección de la vida, creo firmemente que es un medio de hacer algo mientras logro ver la brújula interna que apuntará hacia mi propio norte.
Sin embargo sigo sintiendo que debo seguir buscando antes de caer de nuevo en la "desesperación". Pero por lo menos ahora tengo un nuevo lugar para buscar, y ese lugar es "mi trabajo".
Sólo después del ruido se aprecia el silencio. Sólo después de la inapetencia se aprecia el hambre. Sólo después de la desesperación de la ociosidad, se aprecia el trabajo.
Acuario.-